Filosofía
domingo, 9 de diciembre de 2012
La razón ilustrada
Rousseau, la utopía del estado de la naturaleza
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Kant: El giro copernicano del conocimiento
El resurgir de la razón
Con
el Renacimiento se abre una nueva etapa histórica. Los pensadores afirman que
es necesario volver a reencontrar las raíces del pensamiento para entenderse a
sí mismos y a la naturaleza. Así, en los siglos XV y XVI, surgen cambios como
el humanismo, la ciencia moderna y el método hipotético-deductivo, con los
cuales se lograría una nueva imagen del mundo junto con el nacimiento de la
ciencia política.
El ambiente sociocultural del Renacimiento
Según
historiadores, inició en 1453 o en 1492. Aunque, en filosofía suele decirse que
comenzó en 1401, con el nacimiento de Nicolás de Cusa y terminó en 1600 con la
muerte de Giordano Bruno.
1. Cambios en la sociedad europea
El Renacimiento tiene un carácter de época de transición
en la que el poder político del papado queda confiado a unos territorios en
Italia, Estados Pontificios, aunque su poder moral conservó gran autoridad.
Así también, el mapa político se dividió en una
pluralidad de Estados. Además, surgieron las Iglesias Reformadas o
protestantes. En 1448, Gutenberg inventó la imprenta lo que hizo posible la
rápida difusión de la cultura obviando los copistas clericales. Con esto se
produjo una secularización de la cultura con el surgimiento de las lenguas
vernáculas.
Por otra parte, el aumento del comercio e industria
favoreció la consolidación de la burguesía, lo que desencadenaría en la
formación de parlamentos. Aparte, se comenzó a estudiar la naturaleza desde una
perspectiva práctica.
2. El humanismo renacentista
El Renacimiento se presenta como un periodo caracterizado
por el renacer en todos los órdenes y, en especial, en letras. Al mismo tiempo,
se expresa el carácter antropocéntrico de esta época mediante el término
humanista.
La influencia de los pensadores clásicos se extenderá a
todas las disciplinas, lo que contribuirá al conocimiento de distintos modos de
interpretación del mundo lejos de la unidad medieval, que estaba basada en el
teocentrismo. En contra de esto se sitúa el antropocentrismo: el hombre se
entiende a sí mismo como responsable de su propia destino, hijo de sus obras,
de aquello que es capaz de hacer.
Esto supone el descubrimiento de la subjetividad humana,
de la exaltación de la razón, que, junto con la objetividad del estudio de la
naturaleza, supondrán una profunda transformación que contribuirá a la
aparición de una nueva visión del mundo.
3. Reforma y contrarreforma
La mayor
autonomía de la razón favorece a la aparición de nuevas formas de interpretar
el Cristianismo. Esto, junto con la separación entre los poderes eclesiástico y
civil, y la creación de los Estados nacionales, ayudarían a que se forme la
Reforma, que entendían la revelación y la Biblia como libre de interpretación
personal.
En contra de
la Reforma, se dio la contrarreforma católica que, con el Concilio de Trento,
llevará a la formulación definitiva de la doctrina eclesiástica, primando la
autoridad del Papa y los obispos sobre teólogos y exegetas.
4. La recuperación de los autores clásicos
La recuperación
del pensamiento clásico ya se había iniciado en la Edad Media. Aunque, ahora se
conocía directamente la obra de autores clásicos debido al mayor dominio del
latín y el griego. Así, surgirían diversas escuelas en Florencia y Padua.
Cósimo de Medici
creó la Academia platónica de Florencia, donde se estudió a Platón y se resaltó
la belleza y la comprensión del universo como algo armónico.
La investigación sobre la naturaleza
El
estudio de la naturaleza recibe su impulso de las necesidades del desarrollo
técnico y la crisis del Aristotelismo medieval. El convencimiento de que lo
teórico no sirve para explicar lo natural marca una nueva discreción en el
estudio de la naturaleza, por los filósofos naturales.
5. Los filósofos de la naturaleza
En el Renacimiento
se mantienen las escuelas y corrientes pero surge una corriente nueva de los
llamados filósofos de la naturaleza. Sin embargo, no fueron capaces de
encontrar el camino de la ciencia. Pero, tuvieron una gran influencia en la
aparición y desarrollo de la ciencia. Así, cambió la concepción del mundo,
ahora un sistema infinito, autosuficiente y sin la Tierra como centro. Se
acercaron así a una visión panteísta.
5.1. Nicolás de Cusa: la docta ignorancia
Nicolás de Cusa, nacido en 1401, anunció planteamientos
renacentistas siendo heredero del pensamiento medieval. Influido por el
Neoplatonismo, concibe a Dios como un ser unificador de la realidad y
trascendente de las diferencias. Esta concepción de Dios infinito como unidad
de contrarios le inspira la idea de la unificación de todas las Iglesias, un
ideal compartido por varios humanistas.
Dice que como
no existe un conocimiento positivo de Dios, el camino debe ser la “vía
negativa”, que no nos saca de la ignorancia pero que nos da una docta
ignorancia. Por otra parte, su concepción del universo tiene matices panteístas
y el hombre es considerado un microcosmos, mientras el universo infinito.
5.2. Giordano
Bruno: la pasión de pensar
Giordano
Bruno fue un defensor acérrimo de la teoría heliocéntrica, supo entender la
importancia del nuevo pensamiento para comprender el mundo, pensador neoplatónico
con influencia de Cusa, es radicalmente anti-aristotélico. Concibe un universo
infinito. Para defender el heliocentrismo, utilizó el concepto de sistema
físico, el movimiento de un cuerpo es solidario con el de aquella totalidad con
la que forma un sistema. Así, da razón de por qué un objeto lanzado hacia
arriba cae siguiendo la vertical, no avanzando o retrocediendo, a pesar del
movimiento de la Tierra.
La interpretación del mundo en la ciencia moderna
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Los orígenes de la teoría política moderna
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domingo, 2 de septiembre de 2012
Apogeo y crisis de la filosofía escolástica
Santo
Tomás de Aquino logra la aspiración de la escolástica en el siglo XIII, que
estaba cifrada en acercarse a la verdad revelada también mediante la filosofía
haciendo “razonable la fe” (Neoescolástica). Por otro lado, Guillermo de Ockham
pone las bases de una filosofía más empírica que va a contribuir
fundamentalmente al nacimiento de la ciencia moderna.
El apogeo de la escolástica
El
siglo XIII marca un período de solidificación de la escolástica que dejará su
servicio a la teología paulatinamente.
1. Corrientes y escuelas en el sigo XIII
Según las escuelas, es más dominante la influencia
aristotélica o la platónica, transmitida por San Agustín o por filósofos judíos
y árabes.
1.1. El Agustinismo filosófico y científico
San Agustín es el verdadero maestro de la Edad Media. La
corriente agustiniana, con influencia neoplatónica y aristotélica, es cultivada
sobre todo por los filósofos de la Orden franciscana. En la universidad de
Oxford, se iniciaba un movimiento intelectual con una orientación
empírico-científica, con Roger Bacon como su representante. Y denunciaban el
Averroísmo como un peligro para la fe.
1.2. El Averroísmo latino
El Averroísmo o Aristotelismo heterodoxo afirma aceptar
abiertamente las tesis aristotélicas. Se originó en la Facultad de artes de la
universidad de París, con Siger de Bravante como su representante. Importantes
características:
a. Eternidad del mundo: El mundo es considerado
como eterno tanto en su comienzo como en su fin. Contradice a la creación de
Dios.
b. Negación de la inmortalidad del alma:
Sostienen que el entendimiento agente (única parte del alma separable del
cuerpo) es común a todos los hombres, siendo imposible la inmortalidad.
c. Teoría de la doble verdad: Elaborado para
evitar los posibles conflictos entre la fe y la filosofía.
Por ejemplo, respecto al origen del mundo, ellos
afirmaban como filósofos que es eterno, pero como creyentes aceptaban que ha
sido creado en el tiempo.
1.3. El Aristotelismo Ortodoxo
Los maestros de la Facultad de Teología no compartían con
los maestros de la Facultad de Artes la opinión de identificar la filosofía
aristotélica con la verdad. Entre ellos, Santo Tomás de Aquino, el autor más
destacado de la escuela de los frailes dominicos, afirmó que las
incompatibilidades que se habían detectado entre la filosofía de Aristóteles y
la fe cristiana eran falsas y no tenían base en las obras del filósofo. Su
interés por Aristóteles fue tomado al principio como herejía, pero aún así fue
la clave del éxito del Tomismo.
2. Santo Tomás de Aquino
Es considerado el autor escolástico más importante porque
consigue hacer compatible la máxima autoridad en filosofía con la doctrina de
la revelación,
2.1. Las relaciones fe-razón
La filosofía constituye una ciencia que tiene su campo y
su método propio, el método racional. Los modos de conocimiento son: la razón,
basado en el discurso racional y tiene un orden natural; y la fe, basado en la
revelación y tiene un orden sobrenatural. Los cuales no deben ser
contradictorios porque el origen de todo conocimiento es Dios.
Imposibilidad de la doble verdad
La verdad es única aunque a ella se pueda acceder por dos
caminos distintos:
§ Existen
verdades reveladas inteligibles y demostrables racionalmente que pueden ser
conocidas aun sin la revelación. Constituyen lo que él llama “preámbulos de la
fe”
§ Otras,
en cambio, aun siendo inteligibles, no son demostrables y, por tanto, no son
cognoscibles naturalmente sino solo mediante la revelación; en estos casos, la
teología se esfuerza por probar su inteligibilidad, aunque solo resulten
totalmente comprensibles para la mente infinita de Dios
La teología, norma negativa de la filosofía
No deben existir contradicciones. No obstante, en
aquellos conflictos “aparentes”, la teología sirve de árbitro o “norma negativa”
para la filosofía, advierte de que ha aplicado mal el método racional o que ha
entrado en un campo en el que no es posible el argumento racional.
2.2. El universo tomista: El ser y los seres
Santo Tomás afirma que Dios es El Ser y que todas las
demás cosas son seres, que solo son tales en razón del Ser, que los ha creado
en un acto libre de su voluntad.
La distinción entre esencia y existencia
Para explicar estas diferencias entre el Ser y los demás
seres, añade la distinción entre esencia (lo que define al ser, lo que lo
constituye) y existencia (el hecho de existir) a las distinciones
aristotélicas.
Afirma que podemos conocer la esencia de algo sin que nos
conste si existe o no, excepción de Dios creador, cuya esencia incluye existir.
Los demás seres son contingentes, pues existen pero podrían no existir.
Todos los seres tienen algún tipo de composición: los
seres corpóreos están constituidos de materia y forma; los inmateriales, de
forma; pero ambos están compuestos de acto y potencia, y esencia y existencia;
con la excepción de Dios, quien es esencia existente, acto puro sin mezcla
posible de potencialidad alguna.
2.3. Teología natural: La ciencia de Dios
Tomas de
Aquino tiene la preocupación intelectual y didáctica de exponer
sistemáticamente la doctrina sobre Dios. La teología, Ciencia de Dios que se
basa en la revelación. El primer objetivo de esta ciencia es averiguar de qué
naturaleza es la proposición “Dios existe” y, en consecuencia, como podemos
acceder a su conocimiento. En segundo lugar, se plantea el conocimiento de su
naturaleza y de las características de su actividad.
Existencia de Dios
Que Dios
existe es el primer dato de la revelación, pero no significa que sea lo más
inmediatamente conocido por nosotros. La afirmación Dios existe no es una
afirmación evidente. Los primeros conocimientos humanos comienzan por los
sentidos y para estos no es evidente la existencia de Dios.
Las cinco vías tomistas
Santo Tomas
elabora unas vías de demostración o de acercamiento coherente y razonable a la
afirmación de la existencia de Dios. Santo Tomas afirma que el que Dios sea lo
primero en la revelación y lo primero en el orden del ser, no significa que sea
lo primero en el orden de los conocimientos humanos. Lo más conocido para el
ser humano son las cosas que puede captar por los sentidos. Ahí se inicia su
conocimiento, conocido como las cinco vías, las cuales no afirma rectamente la
existencia de Dios, sino que coincide con el significado del término Dios.
1. Primera vía: del movimiento. Parte del hecho, constatable por los
sentidos de que en el mundo hay cosas que
se mueven. Ahora bien, todo lo que se mueve es movido por otro. Luego es
necesario recurrir a un primer motor
inmóvil que mueva sin ser movido. Y este es Dios.
2. Segunda vía: de la causalidad eficiente.
Esta vía parte del hecho de que todo lo existente aparece como efecto de una causa. Una causa eficiente
primera, a la que todos llamamos Dios.
3. Tercera vía: de la contingencia de los seres. La incapacidad propia de estos
seres para darse a sí mismo la existencia exige un ser necesario. Este ser no tiene fuera de si la causa de su
necesidad, sino que es causa de los demás “a
la cual todos llamamos Dios”.
4. Cuarta vía: de los grados de perfección. Esta prueba
se fundamenta en la idea de los diversos grados de perfección que se observan
en las criaturas. A este ser absolutamente perfecto lo llamamos “Dios”.
5. Quinta vía: del orden cósmico. Santo Tomas toma como dato de
experiencia el orden del universo. La aceptación del universo como cosmos. La
fuerza de la argumentación arranca de considerar que este orden que el cosmos
no se ha podido dar a si mismo y que se manifiesta incluso en los seres no
inteligentes, esto exige una inteligencia suprema, que llaman Dios.
2.4. El ser humano en Santo Tomás
En la escala
de los seres, el hombre ocupa una situación especial: por el alma pertenece a
los seres inmateriales, pero su cuerpo sitúa al hombre entre las naturalezas
materiales.
El compuesto Humano
Siguiendo el
hilemorfismo aristotélico, Santo Tomas afirma que el ser humano está compuesto
de materia y forma. Estos dos están unidos substancialmente constituyen la
substancia humana. El alma es la forma substancial primera y única del cuerpo
humano. El alma humana por su naturaleza exige la unión con un cuerpo; necesita
del cuerpo para ejercer sus actividades normales.
La peculiaridad del alma
Santo tomas
recoge la idea aristotélica de alma como principio de vida o de auto-movimiento.
En los seres humanos el alma es única y
carece de partes.
El análisis
de las operaciones humanas, le lleva a la afirmación de la inmaterialidad del
alma.
Propiedades del alma:
§ Sustancia racional: Carece de partes, posee actividad propia y, en
consecuencia, posibilidad de existencia independiente del cuerpo.
§ Inmortal: Creada por Dios para cada individuo, sobrevive al cuerpo.
§ Dotada de entendimiento y voluntad: El alma racional tiene facultades
que le son propias: inteligencia y voluntad.
El conocimiento humano
El hecho de
que el hombre sea cuerpo y alma determina también la forma de funcionamiento
del entendimiento. El origen de nuestros conocimientos, aun de los más altos,
está en los sentidos. Ahora bien, todas las cosas están compuestas de materia y
forma. La forma es común a todos los seres de la misma especia y es, en ese
sentido, universal. Lo que el entendimiento humano conoce más adecuadamente es
la esencia de las realidades sensibles. Tomas de Aquino recurre a dos
operaciones del entendimiento que son atribuidas a dos entendimientos: el
agente y el paciente. El entendimiento agente descubre lo que hay de universal
inteligible en las representaciones. Esta operación termina con la
visualización del objeto, que es recibida en el entendimiento paciente como el
concepto universal.
2.5. Ética tomista
Como para
Aristóteles, para Santo Tomas, el objeto ultimo de la actividad moral es
alcanzar la perfección propia de la naturaleza humana. Dicha perfección o fin
último del hombre es la felicidad.
La ley natural, como norma moral
Las normas
morales manifiestan el designio de Dios sobre todos los seres naturales, lo que
Santo Tomas llama ley natural. Estos principios prácticos son evidentes en sí
mismos. Para definirle bien, Santo Tomas se basa en la noción de bien natural.
Lo bueno, pues, es aquello que se corresponde con la naturaleza de cada uno.
La voluntad, condición moral en el hombre
Lo que
diferencia al hombre respecto de los demás seres en el ejercicio de su conducta
es que él puede conocer sus propias tendencias y puede intervenir en la
realización de las mismas. La característica fundamental de la acción moral es
que sea voluntaria. La voluntad tiene como objeto propio el bien como tal. Lo
que la voluntad busca en último termino, es el bien supremo. Si la inteligencia
fuera capaz de presentar a la voluntad ese bien supremo, esta se abrazaría a él
en un acto supremo de libertad.
La quiebra de la escolástica
La crisis social que se inició en el
siglo XIII se reflejó en la desconfianza de los teólogos del siglo XIV hacia la
aspiración de los escolásticos anteriores.
1. El siglo XIV, un siglo de crisis
Esta crisis
de la escolástica tiene un doble sentido: como desmoronamiento de los “tres
poderes” y como crítica teórica de las ideas Los cuales llevaron a la
disolución del equilibrio anterior y de alumbramiento de nuevas perspectivas y
caminos.
3.1. El desmoronamiento de las instituciones
En el siglo
XIV, el papado deja de ser la instalación última a la que todos se someten.
Este desprestigio alcanza su máxima cota con el “Cisma de Occidente” (1378).
El Imperio,
bajo los fuertes impulsos nacionalistas, se deshace en multitud de reinos y
principados. Las universidades se multiplican en los nuevos Estados, acentuando
su independencia institucional y científica.
3.2. La crítica de las síntesis doctrinales
En este
siglo, se critican los intentos de síntesis filosofía-teología, poder
temporal-poder religioso. Ya en el siglo anterior no faltaron voces discrepantes
entre los teólogos que desconfiaban la posibilidad de conciliar poder religioso
y político, fe y razón. En parte debido a que la influencia de Santo Tomás de
Aquino era poca.
En este
contexto surgen autores como Juan Duns de Escoto y Guillermo de Ockham que si
bien estaban influenciados por las nuevas escuelas escolásticas, ejercieron
críticas y visiones propias y originales.
La ruptura
entre filosofía y teología dará a la filosofía mayor libertad para ocuparse de
temas más seculares dando mayor importancia que al valor de la deducción, en
detrimento de esta última. Esta ruptura y cambio de importancia de la
experiencia contribuye decisivamente a la aparición de la ciencia moderna.
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